Continuamos con nuestro periplo estival por tierras salmantinas. Y este viaje nos llevó a hacer una parada en este maravilloso pueblo de la sierra de Béjar, a muy pocos kilómetros de esta localidad: Candelario. Este precioso lugar, cuidado con esmero por sus habitantes, te sorprende por la belleza de sus calles, sus balcones y el celo con que guardan sus tradiciones. Se ha convertido en un pueblo de veraneo para mucha gente de Madrid, y paseando por sus calles, llenas de fuentes, plantas, plazas, etc.
Dedicada fundamentalmente a la matanza, Candelario aún alberga reductos de su pasado, como los canales que se realizaron en el suelo a la vera de las casas, donde la gente echaba los residuos de la matanza, siendo éstos arrastrados a los campos, donde servían de abono para los cultivos. Asimismo, resalta la singularidad de sus puertas, denominadas «batipuertas», confeccionadas para que los animales (perros y gatos mayormente) no comiesen embutidos y otros productos del cerdo.
Tuvimos oportunidad de llegar al final de una boda típica, donde los asistentes se visten con sus preciosos trajes tradicionales y sus llamativos peinados a pesar de el calor que hacía en estos días.
Un buen momento para ir es también en Semana Santa, donde los habitantes de la localidad representan un viacrucis viviente por sus calles.
Hablando de los habitantes de la localidad queremos destacar su amabilidad y acogida. Como el caso de la señora Carmen, residente habitualmente en Madrid pero con mucho cariño restauró una antigua casa y en su interior su marido pintó, con mucho gusto, las paredes como un homenaje a la gente que había habitado en ella antiguamente (como podéis apreciar en las fotos).
Dejándote perder por sus estrechas calles aparece por sorpresa escondida en un rincón la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. En su mayor parte pertenece a los siglos XV y XVI y destaca en el exterior su rosetón de tracería gótica. En casi todo el pueblo podemos encontrar multitud de fuentes de piedra que embellecen estos rincones del pueblo y a la vez alivian la sed del caminante.
A modo de anécdota aquí se han rodado los exteriores de una serie española que se llama «Luna, El misterio de Calenda», donde van a la par intriga y misterio aprovechando los maravillosos parajes de la zona.
Al salir de allí y volver con tristeza nuestra mirada al paisaje, descubrimos una de las estampas más bellas de Candelario: una visión conjunta del mismo, rodeado de toda la vegetación de la sierra de Béjar. Nuestro deseo de volver otra vez de pasear por sus calles y poder descubrirlo en otras épocas del año como el otoño o la primavera.